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Biblia IntraText - Texto |
Combate, Señor, a los que me atacan,
pelea contra los que me hacen la guerra.
2 Toma el escudo y el broquel,
3 empuña la lanza y la jabalina
para enfrentar a mis perseguidores;
4 Que sufran una derrota humillante
los que intentan quitarme la vida;
que vuelvan la espalda confundidos
5 Que sean como la paja ante el viento,
mientras el Angel del Señor los arrastra;
6 que su camino sea oscuro y resbaladizo,
mientras el Angel del Señor los persigue.
7 Porque me tendieron sus redes sin motivo
8 ¡que los sorprenda un desastre imprevisto;
que sean atrapados por sus propias redes,
y caigan en la fosa que ellos mismos cavaron!
9 Pero yo me alegraré en el Señor,
me regocijaré por su victoria;
10 todo mi ser proclamará:
«Señor, no hay nadie igual a ti;
tú libras al débil de las manos del más fuerte,
y al pobre, de aquel que lo despoja».
11 Se presentan contra mí testigos falsos;
me piden cuenta de cosas que ignoro;
13 Yo, en cambio, cuando ellos estaban enfermos,
me cubría con ropas de penitente,
y oraba con la cabeza inclinada.
14 Ellos eran para mí como un amigo o un hermano,
como quien llora la muerte de su madre.
15 Pero cuando tropecé ellos se alegraron,
se juntaron todos contra mí
y me golpearon sorpresivamente;
me desgarraban sin cesar,
16 se burlaban de mí con crueldad
y rechinaban contra mí sus dientes.
17 Señor, ¿cuánto tiempo vas a tolerarlo?
Líbrame de los animales rugientes,
18 y te daré gracias en la gran asamblea,
te alabaré en medio de una multitud.
19 ¡Que no canten victoria mis enemigos traicioneros,
ni se guiñen el ojo los que me odian sin motivo!
sino que atacan a los oprimidos de la tierra;
21 y se ríen de mí a carcajadas, diciendo:
«Lo hemos visto con nuestros propios ojos».
22 Tú también lo has visto, Señor, no te calles;
no te quedes lejos de mí, Señor;
23 ¡despiértate, levántate, Dios mío,
24 Júzgame según tu justicia, Señor;
Dios mío, que no canten victoria sobre mí;
25 que no piensen: «Se cumplió nuestro deseo»,
ni digan: «Lo hemos devorado».
26 Que sufran una derrota humillante
los que se alegran de mi desgracia;
que se cubran de confusión y de vergüenza
los que se envalentonan contra mí.
27 Canten, en cambio, y alégrense,
repitan siempre: «¡Qué grande es el Señor
que en la paz de su siervo se complace!».
28 Entonces mi lengua pregonará tu justicia,
y cada día proclamaré tu alabanza.