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PALABRAS DE SALUDO DEL CARDENAL TARCISIO BERTONE EN LA COMIDA OFRECIDA A LOS LÍDERES RELIGIOSOS Atrio de la sala Pablo VI Viernes 28 de octubre de 2011 Queridos invitados; queridos amigos: Al final de la celebración de esta Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo, me alegra mucho acogeros en este almuerzo fraterno. Hemos dejado la tranquila ciudad de Asís para sumergirnos nuevamente en la gran ciudad de Roma, caracterizada, como todas las metrópolis, por el tráfico, el ritmo frenético de la vida diaria y el entramado de culturas diversas. Este cambio de ámbito nos permite vislumbrar la complejidad del mundo que, con sus riquezas y sus contradicciones, espera nuestro testimonio de paz. Me uno al agradecimiento del Papa Benedicto XVI por la presencia de cada uno de vosotros, que enriqueció el encuentro de ayer y lo hizo memorable. Sentémonos en torno a la misma mesa, con todas nuestras diversidades y con el compromiso común de ponernos, con todas nuestras fuerzas, al servicio de la causa de la paz. Os deseo a todos que viváis con alegría este momento de fraternidad. Que Dios nos bendiga a todos y bendiga también este alimento que por su bondad nos ha dado, para que podamos servirnos de él como instrumentos de su paz. Amén. |