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Lecciones de pobreza en Greccio "Estando el bienaventurado Francisco en este mismo lugar, vino para celebrar con él la fiesta de la Navidad del Señor un ministro de los hermanos . Estos, con ocasión de la venida de este ministro y para honrarle, preparaban el mismo día de la Navidad una mesa cubierta de hermosos y blancos manteles que habían adquirido, y vasos de cristal para beber. Cuando baja el bienaventurado Francisco de la celda para comer y ve la mesa elevada y adornada con refinamiento, se aleja sin ser visto y pide a un pobre, que había llegado aquel día al eremitorio, prestados el sombrero y el bastón que había llevado en sus manos. Llama silenciosamente a uno de sus compañeros y sale al exterior del eremitorio sin notarlo los otros hermanos. Estos se sentaron a la mesa sin esperarle; más que nada, porque el santo Padre los tenía habituados - y es lo que quería - a que, si el no llegaba puntualmente a la hora de la refección y los hermanos querían comer, comenzasen la comida. Su compañero cerró la puerta y quedó por dentro junto a ella. El bienaventurado Francisco llamó, e inmediatamente el hermano le franqueó la entrada. Avanzó - el sombrero echado a la espalda y el bastón en la mano como un peregrino - hasta la puerta de la casa donde estaban comiendo los hermanos y dijo como suelen los mendigos: 'Por el amor de Dios, dad una limosna a este peregrino pobre y enfermo'. El ministro, como los demás hermanos, lo reconocieron inmediatamente. El ministro respondió: "Hermano, también nosotros somos pobres, y, siendo muchos, nos son necesarias las limosnas que comemos. Pero, por el amor de aquel Señor a quien has invocado, entra y te daremos una porción de las limosnas que el Señor nos ha proporcionado". Entró y se quedó de pie frente a la mesa. El ministro le tendió la escudilla en que estaba comiendo y un trozo de su pan. Recibiólos y se sentó en el suelo junto al fuego y de cara a los hermanos, sentados ya a la mesa, que estaba elevada. Les dijo suspirando: 'Cuando he visto esta mesa suntuosa y refinada, he pensado que no era la mesa de los pobres religiosos que diariamente piden de puerta en puerta. Ciertamente, a nosotros nos toca dar ejemplo en todo de humildad y de pobreza más que los otros religiosos, pues a este género de vida hemos sido llamados y a él nos hemos comprometido delante de Dios y de los hombres. Ahora me parece que estoy sentado como debe estar un hermano'. Quedaron avergonzados los hermanos, pues consideraban que les había dicho la verdad, y algunos se echaron a llorar amargamente viéndole sentado en el suelo y advirtiendo que les corregía tan santa y cuidadosamente." Tomás de Celano: Leyenda de Perusa, n. 1579 Oración: O Dio onnipotente ed eterno, quella mensa fu per San Francesco come la tavola del ricco che concedeva al povero Lazzaro solo le briciole. Spesso anche il nostro mondo ricco non si accorge del povero che bussa alla sue porte e lo lascia ai margini della vita. Concedi, O Signore, ai tuoi discepoli di fare tesoro della Parola del Tuo Figlio, che ci insegna ad amare i poveri come nostri fratelli e a condividere con loro la nostra ricchezza. Te lo chiediamo per Cristo nostro Signore. Amen. De "Comunità di Sant'Egidio" |