ENCUENTRO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON LA COMUNIDAD ESRILANQUESA DE ITALIA
Altar de la Confesión de la Basílica Vaticana
Lunes, 25 de abril de 2022
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Queridos hermanos y hermanas esrilanqueses, ¡paz a vosotros!
Os saludo con las palabras de Jesús resucitado, que han resonado en la Iglesia durante la Octava de Pascua.
Habéis venido desde Roma y de diferentes lugares de Italia en peregrinación a la Tumba de San Pedro, guiados por vuestros pastores. Es un gesto de fe y es también un bonito testimonio. Os doy las gracias por esto.
El motivo que os ha convocado aquí es el aniversario de los trágicos hechos que, en el día de Pascua de 2019, sembraron muerte y terror en Sri Lanka. Hoy habéis ofrecido el Sacrificio eucarístico en sufragio de las víctimas de esos terribles atentados y habéis rezado por los que resultaron heridos —algunos de los cuales aquí presentes— y por los familiares, como también por todo el pueblo de Sri Lanka. Con todo el corazón me uno a vuestra oración.
“Paz a vosotros”, repite el Señor Resucitado. Él es nuestro Salvador, ¡solo Él! Frente al horror y lo absurdo de ciertos actos, que parece imposible que sean cometidos por hombres, aparece evidente la obra del Maligno. Y entonces comprendemos porqué el Hijo de Dios, el Inocente, el Santo, el Justo, para salvarnos ha tenido que morir crucificado. Ha tomado consigo no solo la muerte, sino la crueldad del mal, del odio, de la violencia fratricida. Su Cruz y su Resurrección son luz de esperanza en las tinieblas más densas. Recemos hoy por todas las víctimas de la violencia y de la guerra, en particular del terrorismo.
Queridos hermanos y hermanas, junto a vosotros deseo rezar por vuestra patria, Sri Lanka, que tuve la alegría de visitar en enero de 2015. Recemos por los gobernantes, por los que tienen las responsabilidades sociales y educativas y por todo el pueblo. Que las dificultades presentes puedan encontrar soluciones con el empeño y la colaboración de todos. Recemos por la Iglesia en Sri Lanka: que por intercesión de María Santísima sea llena del Espíritu Santo y anuncie con alegría el Evangelio de Cristo Salvador.
Gracias de nuevo, queridísimos, por vuestro testimonio.
No quisiera terminar sin hacer un llamamiento a las autoridades de vuestro país. Por favor y por amor a la justicia, por amor a vuestro pueblo, que se aclare definitivamente quiénes fueron los responsables de estos hecho [los atentados de la Pascua 2019]. Esto traerá paz a vuestra conciencia y a la patria.
De corazón os bendigo a cada uno de vosotros y a vuestras familias. Y vosotros, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Gracias!
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