Queridos hermanos, hermanas

Me complace darles la bienvenida a ustedes, dirigentes y jugadores de la selección croata de fútbol.

En el último Campeonato del Mundo lograron el tercer puesto: ¡felicitaciones! Aquel acontecimiento, que también recibió muchas críticas en algunos aspectos, confirmó sin embargo que el fútbol es un fenómeno mundial capaz de implicar a un gran número de personas, de suscitar emociones, sentimientos colectivos. Puedo dar buena fe de ello, viniendo de un país donde todo esto se vive al máximo.

Pero ustedes juegan al fútbol, forman un equipo y tienen el honor de representar a su país. Y esto de hacer equipo es un aspecto del deporte que me gusta subrayar, porque es una metáfora de la vida social, en los diversos entornos en los que se vive y se trabaja junto a los demás. Las acciones individuales son importantes, la imaginación, la creatividad... Pero si prevalece el individualismo, entonces se arruina toda la dinámica y no se consigue el objetivo. ¡Gracias por darnos el ejemplo del trabajo en equipo!

Y además hay muchos otros valores «en juego»: piensen en el sentido del honor, la amistad entre ustedes y la fraternidad, la lealtad y el autocontrol. A este respecto, no olviden nunca que los aficionados, sobre todo los jóvenes, se reflejan en ustedes: su papel va más allá del ámbito deportivo y se convierte en un modelo de vida y de éxito. Por ello, es importante que cultiven sus cualidades espirituales y humanas, para que puedan dar un buen ejemplo.

Queridos amigos, les agradezco su visita y les deseo mucho éxito en sus actividades deportivas y sociales. Los bendigo y les pido que, por favor, recen por mí. Muchas gracias.
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Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 5 de junio de 2024