¡Queridos hermanos y hermanas!

Una calurosa bienvenida a ustedes, peregrinos de Ámsterdam: al obispo monseñor Hendriks, al Su Excelencia el señor Ed Nijpels, a los miembros de la Fundación Católica para la Promoción del Bienestar Social de Ámsterdam, a la familia Russel, al rector y al coro de la basílica de San Nicolás y a todos ustedes.

El motivo de su visita es el 750º aniversario de la ciudad de Ámsterdam, cuyas celebraciones comenzarán este año. Los orígenes y el desarrollo de esta ciudad también están ligados a la fe y a la Iglesia católica. Un momento clave de su historia es el milagro eucarístico que tuvo lugar en 1345 y que aún hoy se recuerda con una procesión silenciosa y la adoración del Santísimo Sacramento.

Al mismo tiempo, Ámsterdam es una ciudad en la que muchas personas trabajan por los pobres y por los inmigrantes, colaborando con la labor de las Hermanas de la Madre Teresa, con la pastoral para drogodependientes, con la comunidad de San Egidio y con muchas otras iniciativas.

Ámsterdam es una ciudad habitada por personas de muchas nacionalidades, llamadas a vivir juntas como hermanos y hermanas. Las iglesias, en particular, son lugares donde se reúnen personas de todos los orígenes sociales y culturales. Gracias, ¡muchas gracias por su compromiso en este sentido!

Les deseo a todos ustedes que puedan vivir y trabajar en su hermosa ciudad con la bendición de Dios; que puedan dar testimonio gozoso de la fe y del amor concreto al prójimo, animados y sostenidos por la Eucaristía; y que su compromiso siga promoviendo la fraternidad y la solidaridad entre los habitantes de Ámsterdam.

Que la Virgen María, madre de todos los hombres, los conserve en la fe, la esperanza y la caridad. Los bendigo de corazón y los acompaño con mis mejores deseos. Y, por favor, les pido que recen por mí. Gracias.
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Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 4 de mayo de 2024