¡Gracias! Muchas gracias por esta visita, que es una verdadera consolación: ver a todos los hermanos y hermanas unidos, hermanos y hermanas cristianos. Un gran obispo ortodoxo, Zizioulas, fallecido hace más o menos un año, solía decir que la unidad de las Iglesias cristianas sólo la tendremos el día del Juicio Final. Pero «mientras tanto», decía, «debemos rezar juntos y trabajar juntos». Esto es muy importante: trabajar juntos, porque todos creemos en Jesucristo; rezar juntos, rezar por la unidad. 

Otro gran patriarca ortodoxo de Constantinopla, cuando recibió al Papa Pablo VI, dijo esta hermosa frase: 'Hagamos una cosa: pongamos a los teólogos todos en una isla, porque se pelean entre ellos y nosotros avanzamos en paz'. ¡Muy bonito! Lo importante: tenemos el mismo bautismo y eso nos hace cristianos. Enemigos, tenemos muchos fuera. ¡Nosotros somos amigos! Enemigos, fuera; aquí, amigos. Es verdad cuando digo enemigos, porque es una realidad que el Señor nos ha dicho: la Iglesia siempre será perseguida. El martirio de la fe siempre está ahí en la historia de nuestras Iglesias, siempre, ¿no es así? Sigamos adelante.

Ocurrió algo muy hermoso cuando Pablo VI fue a Uganda. Habló de los mártires católicos y anglicanos. Son mártires. Y yo mismo, cuando esos coptos fueron martirizados, dije inmediatamente que también son «nuestros» mártires, son los mártires de todos. Hay dos bautismos: uno, el que todos tenemos -el bautismo que hemos recibido-, el otro, lo que el Señor llama 'el bautismo de sangre': el martirio. Y todos sabemos lo que es el martirio para tantos cristianos que han dado su vida por la fe. 

Gracias, ¡muchas gracias! Y me gustaría que rezáramos todos juntos el Padre Nuestro.

Oración del Padre Nuestro

Thank you very much for your visit.
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Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 22 de mayo de 2024