JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Domingo 2 de diciembre de 1984
1. "Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y Él es fiel!" (1 Cor 1, 9).
Al rezar "el Ángelus" este primer domingo de Adviento, se reaviva en nosotros la conciencia de la verdad que contienen estas palabras de Pablo en la primera Carta a los Corintios.
Somos llamados a la comunión con Jesucristo, Hijo de Dios.
Somos llamados a esta comunión por el hecho de que Él se hizo Hombre: " Y la Palabra se hizo carne" (Jn 1, 14).
Por obra del Espíritu Santo, el Hijo-Palabra fue concebido en el seno de la Virgen de Nazaret y de Ella nació como hombre.
En esta concepción humana y en este nacimiento de Jesucristo todos hemos sido llamados a la comunión con el Hijo de Dios. Esto precisamente es el Evangelio, es decir, la Buena Noticia.
2. "Dios de los ejércitos, vuélvete, / mira desde el cielo, fíjate, / ven a visitar tu viña, / protege la cepa que tu diestra plantó / y que tú hiciste vigorosa" (Sal 79/80, 15-16).
Así ora la Iglesia con las palabras del Salmista en la liturgia de hoy. Este es verdaderamente el grito del Adviento.
El Salmista dice a Dios "vuélvete".
El Salmista dice "visita".
El Salmista dice "protege".
¡Qué actuales resultan hoy estas palabras tan antiguas del Salmista!
¡Con cuánta intensidad brotan de las almas, del corazón de la Iglesia en el tiempo en que vivimos!
Vivamos el Adviento del año del Señor 1984 como el tiempo del "retorno" y de la "visita" de Dios. Él protege al hombre y a todo lo que "su diestra plantó" en el mundo visible entero.
Cristo, ayer y hoy... el mismo...
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