JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Domingo de Ramos, 12 de abril de 1992
Al concluir esta celebración, quisiera dirigir mi palabra sobre todo a los jóvenes.
Amadísimos jóvenes, aquí presentes; amadísimos jóvenes de todo el mundo:
1. Conservo aún vivo en la memoria y en el corazón el recuerdo del gran acontecimiento de Czestochowa. Ahora tengo la alegría de convocaros para el próximo encuentro mundial de la juventud, que tendrá lugar en los Estados Unidos, en agosto de 1993.
Agradezco la acogida que ha recibido en muchos lugares la realización de ese acontecimiento en aquel gran país y, de modo especial, doy gracias a la Conferencia nacional de los obispos católicos y a las diócesis que se han ofrecido con generosidad para acoger el encuentro. He elegido la ciudad de Denver, en las conocidas Montañas Rocosas, en el Estado del Colorado, que nunca había sido incluido en el itinerario de mis anteriores viajes apostólicos.
2. El tema de la VIII Jornada mundial de la juventud será: «Yo he venido para que tengan vida la tengan en abundancia» (Jn 10, 10).
¿Qué mejor deseo y compromiso, amadísimos jóvenes, que ponerse en camino para redescubrir y encontrar la presencia de Jesucristo, fuente de la vida, de la vida plena?
¡Jesucristo! Sólo Él responde con plenitud a vuestro anhelo de verdad, de belleza y de felicidad.
En medio de grandes cambios históricos, ante los derrumbamientos que tienen lugar en nuestro tiempo y ante las grandes perplejidades actuales, hace mucha falta vuestra fuerza joven, hace mucha falta vuestra capacidad de construir, sobre aquella «piedra angular», nuevas formas de vida más dignas del hombre.
3. Invito, pues, a todas las comunidades cristianas —diócesis, asociaciones y movimientos— a emprender un proceso capilar y profundo de preparación y catequesis de los jóvenes y con los jóvenes, que es preciso vivir como peregrinación espiritual encaminada hacia el encuentro de Denver. Allí estaré con los jóvenes de todo el mundo para testimoniar el don, la novedad y la plenitud de vida a la que estamos destinados en Cristo.
Que la cruz del Año santo —¡árbol de la vida!—, que ahora pasará de manos de los jóvenes polacos a las de los jóvenes llegados de Estados Unidos, acompañe vuestro camino de preparación.
Después del Ángelus
A los jóvenes de lengua española de todo el mundo anuncio que el próximo encuentro mundial de la juventud tendrá lugar, Dios mediante, en la ciudad de Denver, Colorado (Estados Unidos), en el mes de agosto de 1993.
Y el lema de la VIII Jornada mundial de la Juventud lo expresan estas palabras del evangelio de San Juan: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10).
A todos invito a colaborar y participar en aquel encuentro de fe y esperanza.
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