MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
AL PUEBLO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
LEÍDO DURANTE EL PROGRAMA TELEVISIVO CRS TELETHON
Lunes 2 de junio de 1980
Queridos amigos de América:
Mi corazón rebosa aún de alegría cuando recuerdo el calor de vuestro afecto y la cordialidad con que me recibisteis durante mi visita a vuestro gran país.
Me siento feliz de tener estos breves momentos para hablaros sobre los Catholic Relief Services y sobre las obras de misericordia que llevo tan dentro del corazón. Tengo presente la aguda sensibilidad y compasión de que han dado muestras repetidamente los americanos en este siglo, allí donde los sufrimientos de la humanidad les interpelaban. Y por esto no vacilo en dirigirme a vosotros de nuevo una vez más.
Los Catholic Relief Services hacen aumentar la fe en la humanidad. Proporcionan consuelo y remedio a nuestros hermanos: y hermanas que sufren de un extremo al otro del mundo: a la gente de las barcas rechazada; a las masas de refugiados que sufren en Camboya; a la población diezmada por la sequía en Timor Oriental; a las víctimas de revoluciones, guerras, odios, barbarie y subdesarrollo. Estos son los hermanos y hermanas nuestras que constituyen la jurisdicción de los CRS. El cuerpo abnegado de los colaboradores de los CRS en tierras lejanas; les alivian las penas y atienden a sus necesidades.
A través de este largo programa televisivo dirijo la palabra hoy a todos los americanos, a todos los hermanos y hermanas de buena voluntad y gran corazón.
Las obras de fe, esperanza y caridad son vínculos que unen a los pueblos. Podéis ayudar a robustecer estos vínculos y a forjar otros nuevos en el mundo entero con vuestro interés, comprensión y amor.
Gracias, y Dios os bendiga.
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