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VIAJE APOSTÓLICO A GUATEMALA,
NICARAGUA, EL SALVADOR Y VENEZUELA

CEREMONIA DE BIENVENIDA A VENEZUELA

DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

Aeropuerto Internacional «Simón Bolívar» de Maiquetía
Viernes 9 de febrero de 1996

 

Señor Presidente,
queridos hermanos en el episcopado,
excelentísimas autoridades,
amadísimos hermanos y hermanas:

1. Con sumo gozo vuelvo a Venezuela, la «tierra de gracia», como la llamó Cristóbal Colón al unir el viejo mundo con las tierras americanas. Como peregrino de la Evangelización, vengo a vuestro país para animar a toda la Comunidad eclesial, a los hombres y mujeres de buena voluntad, en su empeño de contribuir al crecimiento del Reino de Dios en esta querida y hermosa Nación. Vengo con la confianza de encontrarme con una Iglesia comprometida en llevar a cabo la Nueva Evangelización. Teniendo en cuenta las realidades del momento presente, vengo como Pastor que quiere afianzar la fe, el amor y la esperanza de los hombres y mujeres venezolanos.

Os saludo con todo mi afecto en el Señor. Con vosotros proclamo las bendiciones con que Dios ha colmado este país: tantas bellezas naturales, abundantes recursos de la tierra, un puesto muchas veces privilegiado en el concierto de las naciones, pero sobre todo, hombres y mujeres que han construido una historia, la cual hoy se prolonga en los venezolanos y venezolanas que tienen la apasionante tarea de crecer y hacer crecer la patria heredada. Así enriqueceréis a las futuras gene-raciones con el legado del compromiso en la superación de las dificultades del momento presente y colaborando solidariamente, con la ayuda de Dios, en la edificación de un mundo mejor.

2. Agradezco muy cordialmente al Señor Presidente de la República sus palabras, con las que me ha dado la bienvenida en nombre de todos los venezolanos, y su amable acogida al llegar a este querido país. Saludo con afecto asimismo al Cardenal Rosalio Castillo Lara, al Arzobispo de Caracas y a los demás hermanos Obispos de esta Conferencia Episcopal, a los sacerdotes, religiosos y religiosas, y a todo el pueblo fiel, que en esta tierra vive su fe cristiana, de cuya llegada os preparáis a celebrar el V Centenario.

3. Ante vosotros me presento en el nombre del Señor. Como Vicario de Jesucristo y Sucesor del Apóstol san Pedro vengo a confirmaros en la fe y a implorar la asistencia del Espíritu Santo en la obra común de la Iglesia. He sabido que durante los meses pasados habéis preparado mi visita con gran esfuerzo e ilusión. El año 1995, que llenó de júbilo a esta Iglesia con la beatificación de la Madre María de San José, primera venezolana elevada al honor de los altares, lo habéis dedicado a profundizar la verdad acerca del hombre y su irrenunciable dignidad. Este año estáis comprometidos en la reflexión sobre el misterio de la Iglesia y el compromiso de todos en su edificación. Con mi Visita quiero ratificar vuestra decidida voluntad de defender la vida y asegurar la validez actual de la misión del Pueblo de Dios, pueblo de la vida y para la vida.

4. Esta nueva Visita Pastoral me va a permitir compartir con todos unas jornadas llenas de fe. En Guanare cantaré con vosotros las glorias de la Madre del Señor, a la cual veneráis bajo la advocación de Nuestra Señora de Coromoto. Allí inauguraré el nuevo Santuario nacional, destinado a ser centro de alabanza divina y difusión del Evangelio en Venezuela. Otras celebraciones me darán la oportunidad de encontrarme con los hijos de este amado País para animarlos en la tarea irrenunciable de la Nueva Evangelización, que aquí tiene también la especial misión de contribuir a la renovación moral y espiritual de la
Nación.

5. Doy gracias a Dios por los frutos alcanzados desde mi primera visita a la patria de Bolívar. Ahora os animo a proseguir en las tareas emprendidas, sobre todo de cara a la celebración del V Centenario de la llegada de la fe a Venezuela y al Jubileo del año 2000. Estos acontecimientos ofrecen una feliz ocasión para que la Iglesia entera, Pastores y fieles, contribuya a la superación de las dificultades y crisis que el país viene atravesando en los últimos tiempos.

6. En las manos de la Virgen Santísima, Nuestra Madre de Coromoto, pongo este Viaje Apostólico, a la vez que le encomiendo a todos los venezolanos, los del campo y los de las ciudades, los del interior y los de la costa y las islas, y muy especialmente los que sufren y los enfermos. A todos os bendigo con el afecto de mi corazón.

¡Alabado sea Jesucristo!

Una palabra más a los niños que han encontrado al Papa en su visita, con este gran concierto. Sois tantos. Mis felicitaciones. Y, además, os deseo a todos una buena continuación como artistas, como cristianos, como ciudadanos.

 



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