MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II
A SU SANTIDAD BARTOLOMÉ I,
ARZOBISPO DE CONSTANTINOPLA Y PATRIARCA ECUMÉNICO
A Su Santidad Bartolomé I
Arzobispo de Constantinopla
Patriarca ecuménico
«Paz a los hermanos: caridad y fe de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo» (Ef 6, 23).
La fiesta del apóstol san Andrés, hermano de san Pedro, fiesta que nuestras Iglesias celebran el mismo día, constituye para mí una nueva y feliz ocasión para enviar mi saludo fraterno a Su Santidad, al santo Sínodo y a todos los fieles del patriarcado ecuménico.
La delegación que he enviado para esta gozosa circunstancia se unirá a ustedes en la oración para invocar, con el himno de este día, la intercesión de san Andrés, «el primer llamado y hermano del príncipe de los Apóstoles», para que «el Señor todopoderoso conceda paz a la Iglesia entera y a nuestras almas su gran misericordia» (Apolytikion).
La celebración de los Apóstoles nos recuerda el mandamiento que nos dio el Señor de transmitir a todos los hombres y en todos los tiempos el Evangelio, «enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado» (Mt 28, 20).
La fe apostólica, la tradición apostólica y la misión apostólica ponen de relieve la necesidad urgente de superar las divergencias y las dificultades que aún nos impiden alcanzar la comunión plena, para dar al mundo un testimonio más visible de paz y unidad. En el camino hacia la unidad, a veces arduo y escarpado, hallamos nuestra fuerza en la oración misma del Señor Jesucristo por su Iglesia y en el poder del Espíritu Santo, que siempre viene en ayuda de nuestra debilidad y nos da la esperanza. Sin embargo, estas mismas dificultades pueden ser una ocasión de crecimiento espiritual y de progreso hacia la unidad.
El último domingo de este mes de noviembre, víspera de la fiesta de san Andrés, la Iglesia de Roma entrará en el último año de preparación para el jubileo del año 2000. El jubileo, en el que conmemoramos la encarnación del Verbo de Dios, Señor y Salvador del mundo, representa un momento particular para renovar nuestro compromiso común de anunciar juntos a los hombres que Jesucristo es el Señor, como lo hicieron los Apóstoles y con ellos los hermanos Pedro y Andrés, apóstoles y mártires.
Con estos sentimientos de fe, caridad, comunión y paz, le aseguro a Su Santidad mi afecto fraterno en el Señor.
Vaticano, 25 de noviembre de 1998
JUAN PABLO II
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