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ALOCUCIÓN DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS MUCHACHOS DE LA ACCIÓN CATÓLICA ITALIANA


Jueves 21 de diciembre de 2000

 

1. Amadísimos muchachos y muchachas de la Acción católica, os agradezco esta tradicional visita navideña. Cuando llegan los muchachos de la Acción católica, significa que la Navidad está cerca.

Habéis venido de dos en dos, como los discípulos de Jesús, desde diversas regiones de Italia, acompañados por un educador de cada diócesis. Os saludo con gran afecto y, de modo especial, a los mayores responsables que os acompañan.

Quizá alguno de vosotros estuvo presente en el jubileo de los niños y muchachos que se celebró el 2 de enero pasado. Ese fue el primer gran encuentro del jubileo, y recuerdo que la Acción católica trabajó mucho con vistas a esa manifestación. Ahora, queridos muchachos, hemos llegado casi al final del Año santo. Por eso, os pregunto: ¿cómo habéis vivido estos meses? Desde luego, con respecto al año pasado, habéis crecido bastante. A vuestra edad, un año más significa mucho, y los cambios se notan más. Pero, ¿podéis decir que habéis crecido también como cristianos? Vuestra amistad con Jesús ¿ha llegado a ser más fuerte y más profunda?

2. Ciertamente, la Acción católica os ha ayudado en vuestro crecimiento como discípulos de Cristo. Con vuestros grupos habéis recorrido durante este año del gran jubileo un camino aún más hermoso, más rico y más gozoso, y los frutos no faltarán. Junto con vuestros educadores y asistentes, os proponéis ser aún más misioneros, más capaces de llevar a los demás la alegría de haber encontrado a Jesús. Me alegra constatar este esfuerzo misionero, y os repito que cuento mucho con vuestra colaboración para la difusión del Evangelio en la familia, en la escuela, en el deporte, en todas partes.

Por mi parte, os acompaño con mi oración para que, como Jesús, crezcáis en sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres. Esto se realizará si amáis siempre a la Virgen y os dejáis guiar por ella. El ejemplo de los pastorcitos de Fátima, Francisco y Jacinta, a quienes precisamente este año he tenido la alegría de proclamar beatos, demuestra una vez más que los niños tienen una relación especial con la Virgen María. Con su ayuda, pueden alcanzar la cumbre de la santidad.

Quisiera daros un consejo: id a Belén y llevad a Jesús recién nacido este carné, el "Número 1". Él no debe faltar en la Acción católica y la Acción católica no debe faltarle a él. Estos son los deseos que os formulo a todos.

¡Feliz Navidad!

Queridos muchachos, gracias una vez más por vuestra visita y por vuestros dones. Os bendigo con gran afecto a vosotros y a todos vuestros amigos de la Acción católica, a vuestros familiares y a vuestros educadores.

 



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