ALOCUCIÓN DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
AL FINAL DEL REZO DEL SANTO ROSARIO CON LOS UNIVERSITARIOS ROMANOS
Sábado 3 de marzo de 2001
1. Saludo con afecto a los universitarios de Roma que, como ya es tradición, han animado este encuentro mariano al inicio de la Cuaresma. Saludo también a los representantes del Foro de las asociaciones, organizado por la Conferencia episcopal italiana, que están reunidos en Roma con ocasión de un congreso de estudio.
Amadísimos jóvenes, os agradezco vuestra presencia. Dentro de poco llevaréis por las calles de Roma la cruz de las Jornadas mundiales de la juventud, que el próximo domingo de Ramos entregaréis a vuestros coetáneos de Toronto. Seguid siempre el camino del Evangelio y haced que vuestras comunidades universitarias sean "laboratorios de fe y de cultura".
A María, Sedes sapientiae, le encomiendo vuestros proyectos y vuestro compromiso misionero en la Iglesia de Roma.
2. Me agrada saludar a los estudiantes universitarios de Canadá, así como a los miembros del Comité organizador de la próxima Jornada mundial de la juventud, que tendrá lugar en Toronto durante el mes de julio de 2002. También saludo y doy las gracias al arzobispo de Toronto, cardenal Aloysius Ambrozic.
Queridos amigos, la peregrinación de los jóvenes por los caminos del mundo se dirige ahora a un nuevo destino: de Roma a Toronto. El próximo domingo de Ramos los jóvenes de Italia os entregarán la cruz que llevaréis en peregrinación a todas las diócesis de Canadá. Al recibir esta cruz, también aceptaréis la herencia del gran jubileo. Con creatividad y entusiasmo, buscad nuevos caminos para llevar a los jóvenes del mundo, y especialmente a vuestros compañeros universitarios, a un renovado encuentro con Jesucristo, el único Redentor de la humanidad.
María, Sede de la sabiduría, guíe vuestros preparativos para la próxima Jornada mundial de la juventud.
Saludo asimismo cordialmente a los sacerdotes ancianos que están con vosotros. Su oración, fruto de una vida entregada totalmente al Evangelio, es una fuente de fuerza e inspiración para vuestro apostolado.
3. Saludo con afecto a los jóvenes universitarios españoles, reunidos en la universidad de Navarra, en Pamplona, junto a su vice gran canciller, monseñor Tomás Gutiérrez, los docentes y el personal técnico-administrativo.
Queridos hijos e hijas, tenéis con vosotros el icono de la Sedes sapientiae, que he tenido el gozo de entregar a las universidades de todo el mundo el pasado mes de septiembre. Cuando está terminando la peregrinatio del icono en España, deseo animaros a continuar en la investigación y el compromiso cultural. Estudiad el tema del humanismo, objeto de reflexión en el jubileo de las universidades, en sus diversas facetas, de manera que aparezca cada vez más claramente la conexión intrínseca entre la fe en Cristo y la defensa de la dignidad del hombre.
4. Con alegría saludo a los jóvenes reunidos en la catedral de San Jorge, en Lvov (Ucrania), así como al nuevo cardenal Marian Jaworski y al obispo Julian Gbur.
Queridos jóvenes, os agradezco vuestra participación. Dentro de algunos meses iré a visitar vuestra patria, y esta tarde hemos orado juntos por ese acontecimiento. Pronto os llegará el icono de la Sedes sapientiae, peregrina en las ciudades universitarias de Ucrania. Acogedlo con amor, y encomendad a María todos los jóvenes ucranios, para que construyáis juntos un futuro de serena prosperidad para vuestro país.
5. Saludo con alegría a monseñor Franciscus Wiertz, obispo de Roermond (Holanda), así como a todos los participantes en la vigilia mariana reunidos en Maastricht. Os saludo a cada uno de vosotros, queridos jóvenes universitarios holandeses.
Esta conexión desde Maastricht evoca el camino de la comunidad europea. Vosotros, jóvenes, perseverad en vuestro compromiso de dar testimonio cristiano en la universidad; este compromiso es indispensable para promover un nuevo humanismo cristiano en Europa.
María, Sedes sapientiae, proteja a todos los jóvenes holandeses y europeos, que caminan juntos hacia metas de paz y de auténtico desarrollo humano.
6. Dirijo un cordial saludo a los jóvenes mexicanos reunidos en Puebla con ocasión del congreso de Gente Nueva promovido por la Universidad Anáhuac de Ciudad de México, y acompañados por monseñor Antonio López Sánchez, delegado para la pastoral juvenil en Puebla.
Queridos jóvenes, al comienzo del tercer milenio, echen las redes del Evangelio en el vasto mundo de la cultura mexicana. Sostengan la nueva evangelización con su entusiasmo de jóvenes creyentes.
Den testimonio, en la universidad y por doquier, de que Cristo es fuente de esperanza para el hombre contemporáneo.
Que María, Sedes sapientiae, les acompañe siempre.
7. Concluyamos esta rápida vuelta por diversas localidades del mundo, donde muchos jóvenes se hallan reunidos en oración con María. Queridos muchachos y muchachas, os deseo de todo corazón que seáis siempre generosos en el seguimiento de Jesús, de modo especial durante esta Cuaresma. El Papa os acompaña con su oración y de buen grado os bendice.
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