DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE HONDURAS
SEÑOR RICARDO MADURO JOEST*
Lunes 17 de mayo de 2004
Señor Presidente:
Con mucho gusto le recibo y le doy mi más cordial bienvenida, al tiempo que le agradezco su visita, formulando mis mejores votos por su persona y por su altísima misión al servicio del pueblo hondureño. En esta ocasión deseo renovar mi afecto por los habitantes de su País, que recuerdo siempre en mi oración, pidiendo a Dios que bendiga a cada uno de ellos, a las familias y a los diversos grupos sociales para que puedan tener un presente sereno y un futuro esperanzador, construyendo una sociedad basada en la justicia y la paz, la fraternidad y la solidaridad, lo cual favorecerá el progreso integral de todos, especialmente de los más desfavorecidos.
Sobre Vuestra Excelencia, sobre sus colaboradores en el Gobierno y sobre todo el católico pueblo de Honduras invoco toda clase de bendiciones del Dios providente y misericordioso, por mediación de la Santísima Virgen de Suyapa, tan venerada en esa amada Nación.
*Insegnamenti di Giovanni Paolo II, vol. XXVII, 1 pag.622.
L'Osservatore Romano. Edición semanal en lengua española, n.21, p.6.
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