DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A UN GRUPO DE PEREGRINOS DE LA DIÓCESIS POLACA DE PELPLIN
Martes 19 de octubre de 2004
Saludo cordialmente a todos los habitantes de Kaszuby, que han venido en peregrinación a las tumbas de los Apóstoles. Me alegra poder acogeros juntamente con vuestro obispo, al que agradezco sus amables palabras.
Realizáis esta peregrinación con una intención particular: por la beatificación del siervo de Dios mons. Konstantyn Dominik. Está muy bien que con la oración tratéis de sostener el proceso de reconocimiento de su santidad, que comenzó en 1961. Se trata de una contribución importante, porque atestigua la veneración de que goza este candidato al honor de los altares y, al mismo tiempo, crea un clima espiritual de apertura a la acción de la gracia que prepara las condiciones para intervenciones milagrosas. Que el pastor fiel de vuestra diócesis siga contribuyendo a tutelarla con particular solicitud. Os ruego que llevéis mi saludo a vuestros seres queridos y a todos los fieles de la Iglesia que está en Pelplin. Bendigo a todos de corazón: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Alabado sea Jesucristo!
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