DISCURSO DEL SANTO PADRE PABLO VI
A UN GRUPO DE PEREGRINOS BRASILEÑOS
Domingo 22 de marzo de 1964
Amados hijos del Brasil:
Es siempre gran consuelo para Nos comprobar que, a cada momento, llegan a la Ciudad Eterna peregrinos del mundo católico en visita a la tumba del Príncipe de los Apóstoles y a su humilde sucesor.
Como parcela de una nación por Nos tan amada, estáis también aquí presentes, amados hijos del Brasil, para testimoniar al Vicario de Cristo su devoción.
Estáis de regreso de Tierra Santa, donde, hace poco tiempo estuvimos también en peregrinación de penitencia y, sobre aquellos lugares santificados por la presencia del Señor, elevamos nuestras preces al cielo para implorar la comprensión, el amor y la paz entre todos los hombres. Depositamos en el sepulcro de Cristo las intenciones de la grey que por El nos fue confiada rezando, después, también por el Brasil.
Esa vuestra iniciativa de ir a Tierra Santa a buscar un recuerdo, una cruz, con el propósito de entronizarla en el día de Pascua en vuestra patria, es para Nos motivo de complacencia y para formularos un voto sincero por la amada nación brasileña para que sea siempre en la realidad de toda su vida activa la “Tierra de Santa Cruz”. Que la cruz de Cristo sea señal de redención, de amor y de paz entre todos los amados hijos del Brasil.
En prenda de este deseo concedemos de todo corazón a vosotros, a vuestros familias, a todos los amados hijos del Brasil nuestra bendición apostólica.
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