DISCURSO DE SU SANTIDAD PABLO VI
AL EMBAJADOR DE MALAUI ANTE LA SANTA SEDE*
Sábado 14 de julio de 1973
Señor Embajador:
Nos complace darle la bienvenida hoy y recibir las Cartas que le acreditan como Embajador extraordinario y plenipotenciario de la República de Malawi. Le agradecemos sus amables palabras y le rogamos que a su vez transmita nuestros cordiales saludos a su Presidente, Su Excelencia el Dr. Hastings Kamuzu Banda.
Vuestra Excelencia ha manifestado su intención de trabajar por estrechar los lazos existentes ya entre la República de Malawi y la Santa Sede y puede tener la seguridad de que por nuestra parte compartimos plenamente este deseo. Usted acaba de hablarnos de los programas de desarrollo de su país y de los esfuerzos que éste va realizando para combatir la ignorancia, la pobreza, la enfermedad y los demás obstáculos que hay que vencer para asegurar el bienestar, tanto espiritual como material, de todos los ciudadanos. Apreciamos el reconocimiento dado a la contribución de la Iglesia en favor de esta obra y aprovechamos esta ocasión para repetir el firme propósito de la Santa Sede de proseguir, en la medida de sus posibilidades, su colaboración, para el alcance de tan dignos objetivos.
La misión de la Iglesia mira al desarrollo espiritual, pero difícilmente se conseguirá el pleno florecimiento del potencial humano si no se aseguran antes las condiciones indispensables para una existencia pacífica y próspera. Estas son las razones por las cuales nos consideramos obligado a consagrar nuestras energías a la defensa de la paz y de la justicia en todo el mundo. Por ello estimamos profundamente el aliento con que su Presidente favorece nuestros esfuerzos en este campo.
Invocando sobre las autoridades y el amado pueblo de Malawi la abundancia de las divinas bendiciones, le expresamos a usted personalmente nuestros mejores deseos de un feliz y eficaz cumplimiento de su misión.
*L'Osservatore Romano, edición en lengua española, n.29, p.4.
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