DISCURSO DEL PAPA PABLO VI
A LOS FIELES DE COSTA RICA
Lunes 2 de agosto de 1976
Amadísimos hijos de Costa Rica,
Al conmemorarse el cincuentenario de la coronación canónica de la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, os dirigimos nuestro paterno saludo, lleno de afecto. En esta solemne circunstancia, queremos estar cerca de todos vosotros, acompañándoos en este homenaje de devoción a vuestra celestial Patrona.
Desde la Basílica de Cartago, María preside la vida toda de los costarricenses, quienes habéis aprendido en vuestros hogares a acudir a Ella con confianza, a venerarla y a amarla. Ella ha sido faro y guía de la vida familiar y social de Costa Rica, que con razón se precia de su predilección por la Madre de Dios.
De todo corazón os exhortamos a incrementar esta tradicional devoción y a actualizarla constantemente, mediante un sincero testimonio, individual y colectivo, de vida cristiana, que favorezca el acercamiento de todos a la fuente de la salvación: Cristo nuestro Señor.
En este gozoso día, pedimos con fervor a la Virgen de los Ángeles que interceda por todos sus hijos, en especial por los pobres, por los enfermos, por los jóvenes y por los necesitados de cualquier ayuda. Con estos deseos, impartimos de corazón a nuestros queridos Obispos de Costa Rica, a los sacerdotes, a los religiosos y a todos los fieles nuestra paterna Bendición Apostólica.
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