DISCURSO DEL SANTO PADRE PABLO VI
AL SEÑOR NIELS PARSBERG SIGURDSSON,
PRIMER EMBAJADOR DE ISLANDIA ANTE LA SANTA SEDE*

Sábado 3 de diciembre de 1977

Señor Embajador:

En esta solemne ocasión en que Vuestra Excelencia presenta las Cartas Credenciales como primer Embajador de la República de Islandia ante la Santa Sede, Vuestra Excelencia ha evocado los lazos milenarios que unen a vuestro pueblo con la Iglesia católica. Hoy nos complacemos al ver que se da un nuevo paso en la historia de las buenas relaciones entre Islandia y la Santa Sede.

Agradecemos a S. E. el doctor Kristjan Eldjárn. Presidente de la República de Islandia, su felicitación personal y buenos deseos, que hacemos nuestros también hacia su persona cordialmente. Asimismo damos las gracias a V. E. por las palabras bondadosas sobre el aporte de la Iglesia católica al bien de vuestro país y también por vuestra alusión a nuestra acción al servicio de las naciones y del mundo. Nos proponemos seguir, claro está, dicha obra en favor de la paz y el desarrollo y en pro del bien espiritual de todos los pueblos.

A este respecto, estad seguro de nuestra solicitud y amistad hacia Islandia, hacia nuestros hijos e hijas católicos, y hacia todo el pueblo de Islandia, tan amante de la paz y tan trabajador. La naturaleza de vuestro país habla constantemente de Dios y de la majestad y poder de la creación. Al mismo tiempo, hace patente la necesidad de colaboración fraterna y unidad de acción.

Nuestra oración se eleva hoy pidiendo que vuestro país realice plenamente su destino dentro de la familia de las naciones y camine siempre a mayores logros. Ojalá la fe de vuestro pueblo sea siempre inspiración eficaz de la rectitud de vida al servicio y para edificación de todos.

A V. E., señor Embajador, damos nuestra bienvenida cordial y le aseguramos nuestra colaboración en su nueva misión diplomática. E invocamos abundantes bendiciones de Dios sobre las autoridades y ciudadanos de vuestro país.

*L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 1978 n.2, p.11.