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DISCURSO DE SU SANTIDAD PABLO VI
AL SEÑOR VICTOR TIMOTHY LIKAKU,
EMBAJADOR DE LA REPÚBLICA DE MALAWI ANTE LA SANTA SEDE*


Lunes 12 de diciembre de 1977

 

Señor Embajador:

Es un gozo para nosotros recibir las Cartas Credenciales que acreditan a V. E. como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República de Malawi ante la Santa Sede.

Honramos en vuestra persona a todos los ciudadanos de vuestro país y, en primer lugar, enviamos por medio de V. E. un saludo al Excmo. Sr. Presidente, el dr. H. Kamuzu Banda, y le presentarnos nosotros también los mismos augurios que él ha enviado a nuestra persona.

Agradecemos vuestras bondadosas palabras acerca de la acción benéfica de la Iglesia católica en vuestra tierra, especialmente en lo que concierne a la cooperación en los campos educativo y de la sanidad. Podemos aseguraros que la solicitud mostrada en tales actividades es expresión del amor fraterno hacia todos los hermanos que Cristo quiso en su Iglesia. El ejemplo de Cristo es constante estímulo para los sacerdotes y religiosos que trabajan en Malawi, así como para torsos los ciudadanos leales interesados en el bienestar pleno de sus compatriotas.

Igualmente estimamos en gran manera vuestra alusión al aporte de la Santa Sede en el campo internacional, impulsando los valores morales y espirituales, y ayudando a crear una atmósfera de paz verdadera en la que pueda florecer el desarrollo integral.

La Santa Sede está empeñada en esta obra y continuará estándolo. Sobre todo seguirá proclamando y defendiendo los derechos fundamentales del hombre; a la promoción de estos derechos hemos calificado "camino seguro hacia la paz" (Mensaje del 10 de diciembre de 1973, en el XXV aniversario de la Declaración universal de los Derechos Humanos; L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 23 de diciembre de 1973, pág. 2). Dijimos además que "si esta promoción de los derechos de la persona lleva a la paz, la paz por su parte favorece su realización" (ib.).

Excelencia, en este camino concreto, la Santa Sede se propone, os lo aseguramos, estar al servicio de vuestro pueblo y de todos los pueblos del mundo. Hoy elevamos nuestras oraciones por el éxito de vuestra misión, a la vez que invocamos abundantes bendiciones de Dios sobre las autoridades y todos los ciudadanos de Malawi.


*L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 1978 n.4, p.10.



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