DISCURSO DE SU SANTIDAD PÍO XII
AL SEÑOR ARMANDO LISÍMACO GUZMÁN Y ASPIAZU,
EMBAJADOR DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR
ANTE LA SANTA SEDE*
Samedi 22 de abril de 1939
En el momento de recibir Nosotros de manos de Vuecencia las cartas por las que el Excelentísimo Señor Presidente de la República del Ecuador le acredita como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante la Santa Sede, saludamos con íntima satisfacción los elevados sentimientos con que Vuecencia asume su alto e importante cargo y que han tenido expresión tan cumplida en las nobles palabras acabadas de pronunciar.
La consolidación y el desarrollo cada vez más amplio de las relaciones felizmente existentes entre la S. Sede y la Nación Ecuatoriana que Vuecencia ha indicado como fin primordial de su honorífica misión, constituyen asimismo el objeto de Nuestros más fervientes deseos y aspiraciones. Íntimamente persuadidos de que no existe para un pueblo mayor felicidad ni mejor garantía de seguro bienestar que la armonía entre sus cometidos terrenos y su fe sobrenatural, estaremos dispuestos siempre de Nuestra parte a ir prestando a todos los esfuerzos que se enderecen a tan elevado fin Nuestro apoyo y Nuestra asistencia. Haciendo lo cual, estamos convencidos de rendir el mejor servicio al desenvolvimiento interior y exterior del Ecuador hacia un porvenir próspero y saludable, cosa ésta a la que se encaminan de consuno la responsabilidad de Nuestro ministerio apostólico y Nuestro amor paternal hacia aquella católica población.
Mientras tanto imploramos la abundancia de las gracias celestiales para el Señor Presidente de. la República, los miembros de su Gobierno y Vuecencia que tan dignamente los representa; y damos con particular afecto al Pueblo Ecuatoriano, tan caro a Nosotros, la Bendición Apostólica que Vuecencia Nos ha pedido.
*Discorsi e Radiomessaggi di Sua Santità Pio XII, I,
Primo anno di Pontificato, 2 marzo 1939 - 1° marzo 1940, p.61
Tipografia Poliglotta Vaticana.
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